El presidente George W. Bush promoverá el lunes una enmienda constitucional
que prohibirá los matrimonios homosexuales, en la víspera de que el Senado vote
sobre el tema que tanto incomoda a sus seguidores conservadores.
La enmienda prohibiría a los estados del país reconocer matrimonios entre
personas del mismo sexo. Para convertirse en ley, el proyecto precisa el apoyo
de dos terceras partes de las Cámaras alta y baja, y luego ser ratificado por al
menos 38 legislaturas estatales.
Tiene pocas probabilidades de ser aprobado por la centena de miembros del
Senado, donde sus promotores luchan por conseguir al menos 50 votos. Varios
republicanos se oponen a la medida, y hasta ahora sólo un senador demócrata, Ben
Nelson, ha dicho que votará a favor.
Asesores de Bush indicaron que el presidente hablaría sobre el tema el
lunes.
Por pequeña mayoría, los estadounidenses se oponen al matrimonio entre
homosexuales, según una encuesta realizada en marzo por el Centro Pew de
Investigaciones. Ello implica una caída en el rechazo, que en febrero del 2004
se situaba en 63%.
Esos sondeos no reflejan la reacción de la gente ante la enmienda
constitucional que prohibiría ese tipo de uniones.
La Corte Suprema de Massachusetts decidió legalizar esos matrimonios en el
2003. Un año después, en San Francisco miles de parejas del mismo sexo
recibieron licencias matrimoniales.
En noviembre se espera que se sometan a votación iniciativas para prohibir la
legalización de uniones homosexuales en Idaho, Carolina del Sur, Tenesí,
Virginia, Wisconsin y Dakota del Sur. En el 2004, 13 estados respaldaron la
prohibición. En 11 de ellos la votación se realizó el día de los comicios
presidenciales que ratificaron a Bush en la Casa Blanca.
"El presidente cree firmemente que el matrimonio es una institución estable y
sagrada entre hombres y mujeres, y ha apoyado medidas para proteger la santidad
de la unión", afirmó el vocero de la Casa Blanca, Ken Lisaius.
Quienes se oponen a la enmienda dicen que la de Bush sería una medida
discriminatoria.
"Se trata fundamentalmente de un asunto de derechos civiles y libertad
religiosa. Y la posición del presidente al apoyar una enmienda a la Constitución
es totalmente equivocada", comentó Barry W. Lynn, director ejecutivo de un grupo
nacional que promueve la separación entre la iglesia y el Estado.
Published: Thursday, June 1, 2006
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