15-01-2009
Bagram, ¿peor que Guantánamo?
William Fisher
El presidente George W. Bush dejó a su sucesor, Barack Obama, la tarea de
cerrar la cárcel de la base naval estadounidense en Guantánamo, Cuba. Poco se
sabe de un dilema similar, pero de mayores dimensiones, que afrontará el
mandatario electo en Afganistán.
Lo que se suele denominar "la otra Guantánamo" está a más de 10.000
kilómetros de distancia de Washington. Se trata de la prisión militar controlada
por la Fuerza Aérea de Estados Unidos en la base de Bagram, cerca de Kabul,
capital de Afganistán.
Se estima que allí están recluidas entre 600 y 700 personas, el triple de los
hoy presos en la base naval instalada en el oriente de Cuba.
"La otra Guantánamo" se construyó poco después de que la invasión de fines de
2001, encabezada por Estados Unidos, expulsara al movimiento islamista Talibán
del poder en Afganistán.
En 2005, luego de denuncias bien documentadas sobre muerte, tortura y
desaparición de prisioneros, Washington intentó desprenderse de la base y
entregarla a Kabul. Pero una serie de desinteligencias legales, burocráticas y
administrativas obligaron a mantenerla bajo control militar estadounidense.
Un informe confidencial reciente del Comité Internacional de la Cruz Roja
lamentó el persistente maltrato de prisioneros en Bagram.
El informe menciona superpoblación, condiciones "duras", falta de claridad en
la base legal de las detenciones, confinamiento de detenidos y tratamientos
crueles en "violación de las Convenciones de Ginebra".
Algunos de los prisioneros han estado detenidos sin ser acusados ante los
tribunales por más de cinco años. La Cruz Roja sostuvo que docenas estuvieron
incomunicados por semanas e incluso meses, y que se los mantenía ocultos cuando
se realizaban inspecciones.
Hina Shamsi, de la Unión para las Libertades Civiles de Estados Unidos
(ACLU), dijo a IPS que "Bagram parece ser tan mala como Guantánamo, si no peor".
"Si un prisionero está bajo custodia y control estadounidense, nuestros valores
están en juego y a prueba nuestro compromiso con el estado de derecho",
agregó.
"Los abusos detallados por la Cruz Roja nos preocupan porque demostrarían que
perdimos el examen. El gobierno de Bush no ha limitado su régimen de detenciones
ilegales a Guantánamo: ha tratado de imponerlo en Afganistán", advirtió
Shamsi.
Pero, al contrario que esta activista, la mayoría de los observadores no
creen que la solución a este problema radique en acciones del Congreso
legislativo o del Poder Ejecutivo, sino en los tribunales, y que quedará
estrechamente relacionada a las últimas sentencias referidas a la cárcel de
Guantánamo.
La Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos dictaminó en junio pasado que
los extranjeros detenidos por sospechas de participación en actos terroristas en
Guantánamo tienen el derecho constitucional de cuestionar su arresto en
tribunales federales en Washington.
Un tribunal federal comenzó a estudiar la semana pasada si esa sentencia
también debe aplicarse en el caso de Bagram, que fue instalada, igual que
Guantánamo, para recluir a prisioneros capturados en el marco de la "guerra
contra el terrorismo", bajo total control militar y fuera del alcance de la
justicia estadounidense.
La Corte Suprema echó por tierra reiteradamente la campaña del gobierno para
impedir la revisión judicial de los casos de prisioneros en Guantánamo.
El Departamento (ministerio) de Justicia (fiscalía general) entiende que
ninguna de las sentencias al respecto puede aplicarse en beneficio de los
recluidos en Bagram, pues los tribunales estadounidenses no tienen jurisdicción
sobre ellos.
Pero abogados de los prisioneros en la base de Afganistán al menos desde 2003
replicaron que las últimas decisiones de la Corte Suprema también se aplican en
su caso, así como a bases en Iraq.
"No hay analogía o espejo más completo de Guantánamo que este caso", dijo la
abogada Barbara Olschansky, de la Facultad de Derecho de la Universidad de
Stanford y representante de tres de los cuatro prisioneros en Bagram por los que
se realizó la demanda en la Corte Suprema.
"Estos individuos no son diferentes de los detenidos en Guantánamo, excepto
por el lugar en que están recluidos", dijo en una audiencia judicial.
El Departamento de Justicia contestó que la base de Bagram es parte de una
operación militar en curso, y que, por lo tanto, los tribunales estadounidenses
carecen de facultades para fallar sobre lo que allí suceda.
"Dar a combatientes enemigos extranjeros detenidos en el teatro de guerra el
privilegio de acceder a nuestros tribunales civiles es impensable, tanto en lo
legal como en la práctica", sostuvo la fiscalía general.
El gobierno asegura que Estados Unidos carece de un control sobre la base
aérea en Afganistán como sí lo tiene en la base naval de su enclave en Cuba. Por
lo tanto, la sentencia de la Corte Suprema respecto de Guantánmo no es aplicable
a Bagram.
La base afgana está en medio de una zona de guerra. Guantánamo, no,
observaron los abogados del Poder Ejecutivo. Y la revisión de las detenciones en
Bagram por parte de un tribunal civil pondría en peligro la misión militar en
Afganistán.
Bagram, agregaron, "no es un campo provisorio, pensado para albergar a
soldados enemigos aprehendidos en el campo de batalla por la duración de una
guerra declarada, finita en el tiempo y en el espacio", porque la "guerra contra
el terror", tal como ha sido concebida por el gobierno, es "ilimitada en
duración y mundial en su amplitud".
Al contrario que Guantánamo, consideraron los abogados del gobierno, la
cárcel de Bagram es de carácter permanente. Miles de personas de todo el mundo
han sido confinados allí, y cerca de 700 permanecen allí en este momento,
mientras se construye una nueva prisión para 11.000 reclusos.
Los abogados defensores replicaron que ninguno de sus clientes --dos
yemenitas, un tunecino y un afgano-- fue capturado en el campo de batalla ni
prestando asistencia directa a una organización terrorista.
"¿Qué evidencia existe para creer que regresarían al campo de batalla, si,
para empezar, ni siquiera estaban en el campo de batalla?", preguntó el juez
Bates a los abogados del gobierno.
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|