Revolución #68, 5
de noviembre de 2006
El aborto ante la Suprema Corte y en las elecciones de Dakota del
Sur: Leyes contra el aborto…Y la ofensiva fascista teocrática contra la
mujer
Mary Lou Greenberg
El 8 de noviembre, la Suprema Corte verá dos casos relacionados con
una reacionaria ley federal del 2003. Si la Suprema Corte dice que la ley es
constitucional, prohibirá los métodos más seguros y más comunes de practicar un
aborto de segundo trimestre y aceptará mentiras anticientíficas.
Además, el 7 de noviembre, en Dakota del Sur votarán si conservar o rechazar
una ley que prohíbe todos los abortos, excepto cuando la vida de la
mujer esté en peligro. Prohíbe el aborto en caso de violación, incesto y cuando
es necesario para proteger la salud de la mujer. Las fuerzas opuestas al aborto
idearon esta ley para anular el fallo Roe vs. Wade, que legalizó el
aborto en Estados Unidos en 1973; si los votantes no la rechazan, es probable
que termine ante la Suprema Corte.
La oposicion al aborto considera que Dakota del Sur es un terreno de prueba y
está usando todos los recursos posibles. Ha estado librando una campaña muy
costosa de anuncios publicitarios con el lema: “Sí a la vida”, y ha movilizado a
las iglesias fundamentalistas a distribuir carteles y atacar a los clérigos pro
aborto. Los defensores del derecho de escoger también se han movilizado para ir
de casa en casa y exhortar a votar contra la ley.
Un blanco especial de los enemigos del aborto por todo el país es lo que
llaman el “aborto de parto parcial”. Por eso han bautizado la ley que verá la
Suprema Corte la “Ley de prohibición del aborto de parto parcial”. Es una
falsedad. El aborto “de parto parcial” no se menciona en los libros de texto
médicos y el aborto no tiene nada que ver con el parto. Lo han creado para
evocar imágenes de bebés “a punto de nacer”, sembrar confusión y poner a la
defensiva a la mujer y los defensores del aborto acerca del aborto en general y
los abortos tardíos en especial.
Más del 90% de los abortos se hacen en los primeros tres meses del embarazo,
cuando el feto es un pequeño grupito de células que va en tamaño del punto al
final de esta oración a un par de centímetros. Esos abortos son los más fáciles,
sin riesgo y baratos.
Menos del 10% se hacen en el segundo trimestre, aproximadamente de la semana
13 a la semana 24 de embarazo, cuando el feto se ha desarrollado mucho pero
todavía no es capaz de vivir fuera del cuerpo de la mujer, incluso con
asistencia médica. Miles de mujeres tienen que hacerse un aborto de segundo
trimestre cada año debido a las restricciones estatales, como períodos de espera
y leyes que requieren notificar a los padres, y a la dificultad de encontrar
clínicas de aborto (el 87% de los condados del país NO tienen ni una) y de pagar
el costo (el programa médico federal, Medicaid, NO los paga). Algunas mujeres no
saben que están embarazadas en las primeras semanas; otras, que quieren dar a
luz, se enteran de que el feto tiene anormalidades a raíz de pruebas que solo se
pueden hacer después de 15 semanas de embarazo, o ellas mismas tienen problemas
médicos que las ponen en peligro.
Solo un muy pequeño porcentaje de abortos se practica en el tercer trimestre,
en la gran mayoría de los casos por anormalidades o problemas de salud
graves.
Supuestamente la ley federal solo prohíbe un método específico de aborto de
segundo y tercer trimestre, que se llama dilatación y evacuación intacta. En
realidad, se aplicará a todos los abortos de dilatación y extracción, un
procedimiento que se usa en el 90% de los abortos de segundo trimestre, y le
impedirá al médico escoger el mejor método de tratamiento por miedo de que lo
acusen de un delito.
Los casos que verá la Suprema Corte (Gonzales vs. Carhart y
Gonzales vs. Planned Parenthood) quieren cambiar esto. Hace
seis años la Corte falló que una prohibición casi idéntica en Nebraska era
anticonstitucional. Pero esta vez hay dos nuevos magistrados y los fascistas
cristianos ejercen más influencia en el país.
Tanto la ley federal como la ley de Dakota del Sur son parte de una gran
ofensiva de los teócratas fascistas contra la mujer que tiene graves
implicaciones para toda la sociedad.
La sociedad dominada por patriarcas teocráticos, donde el papel de la mujer
es ser incubadora, que pintó El cuento de la criada de Margaret Atwood
en 1986, hoy se está volviendo realidad. Es esencial captar los temas morales y
políticos en juego y lanzarnos a la ofensiva.
Como dice el artículo “La moral del derecho al aborto… y la inmoralidad de
los que lo atacan” (ver pasajes acompañantes), hablando del fallo Roe vs.
Wade: “En realidad, ¡despenalizar el aborto fue algo profundamente moral!
(Antes, en este país miles de mujeres al año sufrían muerte o mutilación por
abortos clandestinos, y millones más humillación y opresión). Es parte de una
moral que corresponde a los intereses fundamentales de la gran mayoría de esta
sociedad y del mundo entero”.
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