Revolución #135, 13 de julio de
2008
Irán
De la redacción de Revolución
Este número de Revolución incluye una versión revisada del artículo
del 30 de junio del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar, “Periodista estadounidense
pone al descubierto adicionales maniobras yanquis contra Irán” , así como
cobertura de la lucha en Irán contra la persecución de la mujer por el régimen
islámico fundamentalista (p. 4).
El artículo sobre las adicionales maniobras yanquis contra Irán habla de la
advertencia que hizo el periodista estadounidense Seymour Hersh en el artículo
“Preparación del campo de
batalla” en el número del 7 de julio de la revista The New Yorker.
Señala que dentro de Irán han escalado las actividades encubiertas de
militares estadounidenses, tales como secuestros de funcionarios del gobierno,
ataques a varios sitios y apoyo a fuerzas armadas contrarias al gobierno. Habló
con funcionarios gubernamentales y militares estadounidenses que dejaron en
claro que el régimen de Bush definitivamente está encaminado a provocar un
incidente que les daría “casus belli” (un término del latín que significa la
justificación para actos de guerra) contra Irán. Hersh y otros han informado que
importantes elementos de la estructura de mando militar estadounidense han
expresado dudas u oposición a la trayectoria del régimen de Bush contra Irán.
(Por ejemplo, al almirante William Fallon le hicieron renunciar a su puesto de
comandante en jefe de la guerra de Irak y Afganistán en marzo de 2008, por su
oposición a la trayectoria del régimen de Bush.) La actual escalada de
actividades militares encubiertas de Estados Unidos dentro de Irán que
describe Hersh aumenta el peligro de un mayor choque militar; puede que estas
acciones sean una tentativa de Estados Unidos de ablandar la situación interna
de Irán en anticipación de un mayor ataque militar, así como de tender una
potencial trampa para “justificar” un ataque a Irán.. Hersh muestra que las
ofertas de Estados Unidos para negociar con los gobernantes de Irán ponen
condiciones que el régimen iraní no puede aceptar, una táctica cuyo objeto es
establecer que los iraníes son aquellos que “rechazan la diplomacia”. Estas
ofertas son parte de una campaña deliberada de relaciones públicas para generar
apoyo para un ataque militar a Irán.
Hersh señala que el liderazgo del Partido Demócrata en el Congreso está
enterrado de la escalada de actividades militares encubiertas. Tenían la
oportunidad de cuestionar estas actividades, pero optaron por no sonar
la alarma y autorizaron 400 millones de dólares para el programa.
Después del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos invadió a Afganistán e
impuso un reaccionario régimen de fundamentalistas islámicos y caudillos,
respaldado por una ocupación brutal que sigue hoy. Estados Unidos invadió y
ahora ocupa a Irak, que dejó un millón de muertes y el desplazamiento de cuatro
millones más, en un país que no tuvo nada que ver con los ataques del 11-S a
Estados Unidos. Hoy, el mismo tipo de pretextos que utilizaron para justificar
la invasión de Irak, como invocar las “armas de destrucción masiva”, se utiliza
para justificar las presiones estadounidenses sobre los gobernantes de Irán y la
posibilidad de ataques militares.
¿Cuáles son los verdaderos intereses del imperialismo yanqui en la
región? Controlar el petróleo de la región como fuente de superganancias y
utilizar su dominio de la región como arma estratégica para imponer la posición
de Estados Unidos como superpotencia mundial única. Por eso, los imperialistas
yanquis necesitan, de acuerdo a sus intereses y su punto de vista, dominar y
determinar la política de la región. Por eso, durante décadas ríos de petróleo
han salido del Medio Oriente y ríos de sangre han corrido en su interior.
Lanzaron la “guerra contra el terror” para proteger esos intereses y,
específicamente, para reconfigurar el terreno político y social de la región con
el fin de eliminar los retos a sus intereses de parte de las corrientes
políticas fundamentalistas islámicas y de sus rivales imperialistas. Éstos no
corresponden a los intereses fundamentales de la mayoría de los estadounidenses,
ni hablar de los intereses de los pueblos del mundo, pero SÍ a los intereses de
los gobernantes imperialistas que rigen el sistema y están al centro del “estilo
de vida en los Estados Unidos”.
Cualquier ataque a Irán, sin importar la envergadura ni escala, ni el
pretexto, sería una agresión criminal y un crimen de guerra. Las potenciales
consecuencias para los iraníes y la región son horrendas. ¡Urge que se genere
una resistencia masiva, sobre todo en las entrañas de la bestia imperialista
yanqui, que denuncie y proteste por estas amenazas y preparativos de guerra,
ya!
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