Revolución #146, 26 de octubre
de 2008
El “factor Palin”:
Una chiflada fascista cristiana se postula para la vicepresidencia
“Si pensaste que tras la pesadilla de los años de Bush y la euforia de la
Convención Demócrata, el péndulo político del país ahora está yendo hacia la
‘izquierda’...
“Si pensaste que el odio al régimen de Bush es tan amplio y tan implacable
que una versión con nueva envoltura del mismo no podría contender en serio para
la presidencia...
“Si pensaste que los teócratas cristianos fundamentalistas ya eran cosa del
pasado...
“Entonces seguramente la Convención Nacional Republicana (CNR) te despertó
con una sacudida espeluznante. (“La Convención Nacional Republicana de 2008:
Desfile de pit bulls”, de Alan Goodman, Revolución en línea, 24 de
septiembre de 2008)
Sarah Palin salió de esa convención como una autodenominada “pitbull con
lápiz labial” que azuzaba a sectores de la clase media en apoyo a expresiones
cada vez más virulentas de los valores tradicionales de los “pequeños pueblos”
norteamericanos de ignorancia arrogante, intolerancia, racismo implícito si no
explícito y hiperpatriotismo, justificados por el cristianismo fundamentalista y
ligados a este.
En las últimas semanas de las campañas presidenciales en Estados Unidos, en
un momento de gran tumulto e incertidumbre en los frentes económico, social,
político y moral, “se ha puesto los tacones y se acabaron las contemplaciones”.
Los actos de campaña de Palin apalean a los “liberales” y a los “cosmopolitas”,
critican a los “medios grandes” y cuestionan implícitamente el que siquiera se
debiera considerar a Obama como candidato presidencial legítimo acusándolo de
“andar de cuate con terroristas”. En sus actos, las multitudes acosan y desafían
a los reporteros y la mera mención del nombre de Obama en sus propios actos y
aquellos de McCain genera coros de “mentiroso” y “traidor”.
Apenas un milímetro debajo de la superficie de este ambiente están las
insinuaciones, gritos y guiños del público de que el verdadero problema en este
país es el pueblo negro y los inmigrantes, con un tono ominoso y peligroso que
trae recuerdos de cómo en la historia han azuzado a los blancos pobres y de la
clase media a cometer pogromos racistas violentos contra los negros.
Cuando Adolfo Hitler azuzó al furibundo “volk” (la “plebe” en alemán) en
contra de los “cosmopolitas” (lo que en Alemania en ese entonces se manifestó de
manera extrema y concentrada en los ataques contra los judíos), se llamaba el
fascismo.
¿Cómo se le llamaría en Estados Unidos?
Este movimiento fascista ha surgido en algunos sentidos de manera espontánea
en la actual situación, pero principalmente ha recibido gran promoción desde
importantes sectores de la clase dominante. Las fuerzas que hoy están agrupadas
en torno a Bush han estado acumulando impulso en la sociedad durante décadas una
estructura o infraestructura en la sociedad que podría inclinar esta sociedad
hacia una clase fascista de sistema en caso de que llegara ese momento. Es una
labor que a propósito busca formar una base de millones de personas que se
asustan ante la idea de tener que pensar, que no pueden ocuparse de la
complejidad de la sociedad moderna, que quieren respuestas absolutas y simplonas
a las complejidades de esta sociedad.
¿Quién es Sarah Palin? Sus estrafalarias creencias basadas en una
interpretación literal de la Biblia la ubican claramente en la categoría de
“chiflada religiosa”. Mediante las iglesias a que va y en que busca su guía
espiritual está asociada con una de las formas más extremas del cristianismo
fundamentalista, o sea, el dominionismo, cuyo programa para el país es el de
establecer un gobierno fascista religioso.
Sarah Palin no simplemente se opone al aborto; se le opone incluso en las
circunstancias más extremas de violación e incesto. Es un miembro activo de
Feministas Pro Vida, un grupo contra el aborto que también se opone al control
de la natalidad. Ella se opone a todos los derechos para las parejas gay, y la
iglesia a que va patrocinó un acto para “convertir” a los homosexuales a la
heterosexualidad mediante oraciones. Ella no duda en que la teoría de la
evolución esté mal, pese a la certeza de que su explicación del desarrollo de
todas las formas de vida es uno de los hechos más fundamentados de todas las
ciencias y constituye la base fundamental de toda la medicina moderna.
Al amparo de los “derechos de los estados” y “el control desde las
localidades”, quiere que se enseñe el creacionismo en las escuelas públicas: que
dice que la tierra tiene seis mil años de edad, y no los miles de millones de
años de edad que establecen las ciencias, y que los seres humanos y los
dinosaurios vivían sobre la tierra al mismo tiempo, y no con una separación de
millones de años tal como todas las evidencias científicas corroboran. Tampoco
duda de eso porque dice que una vez vio una foto de una huella humana dentro de
la huella de un dinosaurio. Dice que salió ganando en la campaña a gobernador
del estado de Alaska gracias a las oraciones por ella en su iglesia en 2005 por
un ministro africano, quien también oró por que ella tuviera protección contra
la brujería. Palin también cree que la guerra de Irak, y las perforaciones para
el petróleo en Alaska, son la “voluntad de Dios”.
Aparte de guiarse por un punto de vista y creencias que están extremadamente
desligados del mundo real, Palin es parte de un movimiento que cree que las
personas como ella tienen un mandato para imponer esas creencias sobre el
mundo.
Las creencias y las conexiones religiosas de Palin, las iglesias a que va y
de las cuales recibe orientación por parte de ministros fundamentalistas
extremos, se basan en las formas más extremas del fundamentalismo cristiano, un
movimiento dominionista resurgente que se llama La Tercera Ola del Espíritu
Santo o la Nueva Reforma Apostólica. Es el mismo movimiento de “Guerra
Espiritual” que sale en la película Jesus Camp. En esa película,
entrenan a niños para “dar pelea por el Señor”. Este movimiento rechaza
cualquier separación entre estado e iglesia, y dice que los creyentes tienen un
mandato decretado por dios de eliminar el mal en el mundo. Están organizando a
los jóvenes en el “Ejército de Joel”, que consideran que según las profecías,
será una fuerza militar de jóvenes listos para la batalla final con un mandato
divino de imponer a la fuerza el “dominio” cristiano sobre los no creyentes.
Hace poco celebraron una serie de actos en estadios en Lakeland, Florida, que
duró al menos cien días, que atrajo a decenas de miles de jóvenes de todo el
mundo.
Los medios grandes (a los cuales Palin critica) la han tratado con guantes de
seda, elevándola a la categoría de superestrella. Comparen la falta de
indignación ante las conexiones y los antecedentes de Palin con la manera en que
los medios pusieron en primera plana la relación de Obama con el reverendo
Wright a tal extremo que Obama tuvo que renunciar a su relación con él. Piensen
también en cómo los medios grandes marginan a gente como Dennis Kucinich, Ralph
Nader o Cynthia McKinney, tratándolos como candidatos marginales que no son
dignos de consideraciones serias, a la vez que en general presentan a Palin como
una candidata perfectamente creíble. ¿Dónde, en contraste con la alharaca sobre
el reverendo Wright, están las críticas mediáticas a las creencias reaccionarias
estrafalarias de Palin, sus peligrosas conexiones a militantes fascistas
religiosos de derecha y su campaña de vilipendios personales a sus
contrincantes? ¿Y qué nos dice todo esto sobre los parámetros del pensamiento
político aceptable hoy por hoy?
¿Y qué tiene que decir Obama sobre Palin? He aquí un ejemplo muy claro del
mensaje y el papel generales de la candidatura de Obama. El mensaje de Obama de
“superar las diferencias” es un llamamiento a acomodarse y conciliar las fuerzas
de polos opuestos en la sociedad: aquellos que creen en el derecho de la mujer
al aborto, por ejemplo, y aquellos que exigen que se obligue a las mujeres a dar
a luz en contra de su voluntad. O aquellos que consideran que la opresión
histórica y de hoy del pueblo negro es un crimen y una barbaridad de un lado, y
del otro, aquellos que celebran la supremacía blanca y culpan a los que han
estado oprimidos y explotados aún más que ellos mismos, por sus actuales
penurias económicas y por el hecho de que el mundo que han conocido se está
viniendo a pedazos.
El que tal chiflada, quien no es inofensiva, sino es una fundamentalista
religiosa extrema que cree que tiene un mandato de llevar a cabo el “designio de
Dios” y que se está preparando para los “tiempos del fin”, pueda llegar a estar
en una posición para ser la vicepresidenta de Estados Unidos, y el que Obama y
los demócratas no cuestionen esto directamente, ni tampoco lo hagan los medios
grandes ni “liberales”, pone al descubierto la bancarrota moral absoluta de este
sistema y de la clase dominante de este país. Y revela de nuevo que no es la
población la que elija al gobierno mediante elecciones sino la clase dominante y
que sus medios de ella juegan un papel importante al respecto, manipulando y
determinando quiénes son los candidatos “legítimos” y cuáles son los temas
“legítimos”, y qué constituye y qué no la ilegitimidad en la política, y que en
general establece los límites en que se permite que la población
tenga un papel echando papeletas de pe a pa dentro de esos
confines.
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